¿Qué es la radiología tridimensional?
 
   

Las radiografías tradicionales que hacemos en la cara y boca son imágenes planas que vemos en 2 dimensiones, en el sentido vertical y anteroposterior. Pero no vemos dónde se sitúan las estructuras en profundidad, y esto sí nos lo da la imagen tridimensional. De esa forma, vemos la forma del volumen de un hueso o las relaciones de la muela del juicio con el nervio dentario, etc… elementos muy importantes en nuestros tratamientos.

¿Por qué está de moda la radiología tridimensional?

  1. Porque cada día se hace más imprescindible hacer diagnósticos más correctos. Imagínate que no obtienes un resultado óptimo y la explicación del profesional es que “no lo ha conseguido porque la imagen radiológica no era suficientemente aclaratoria, pero que se podría haber visto en otra prueba diagnóstica más precisa”. Tu pregunta entonces sería “¿porqué no me la ha hecho?” El profesional no tendría respuesta. Por ello, nuestra iniciativa debe ser solicitarla cuando sea necesario.
  2. Porque cada día hacemos más frecuentemente procedimientos donde se requiere de forma obligatoria estas radiografías, como es el caso de los implantes.

¿Qué diferencia hay entre el escáner médico y el escáner dental?


El escáner médico hace muchas radiografías consecutivas de cada estructura, por lo que la dosis de radiación emitida es muy alta.
El escáner dental emite un único haz de rayos en forma de cono y la imagen se reconstruye por ordenador, siendo la dosis de radiación emitida mucho más baja.

¿Qué dosis de radiación emite el escáner dental?

Es difícil de cuantificar porque depende del tipo de aparato, de la amplitud del campo que queramos captar… pero a través de algunas comparaciones nos haremos una idea de lo que supone.

Un escáner dental emite alrededor de 0.05 uSv, que, comparándolo con otras radiografías utilizadas:

  • emite 5 veces más que la radiación de una ortopantomografía
  • la misma que una radiografía simple de tórax
  • 25 veces menos que un escáner helicoidal médico

Si lo comparamos con situaciones que vivimos en la vida corriente:

  • la misma radiación que absorbe el cuerpo en un viaje ida y vuelta a Nueva York
  • 30 veces menos que el mero hecho de vivir en Sierra Nevada un año.

¿Debemos tener miedo a la radiología dental?

En general, la radiología dental usa muy poca dosis de radiación.
La sociedad americana de radiología oral y maxilofacial acepta los trabajos publicados por el Dr. Valentin en 2007, donde define el riesgo de radiación.
Considera que, recibiendo 10. 000 uSv, sólo el 1% de la población desarrolla cáncer.
Extrapolando este dato podríamos hacernos 200.000 escáneres dentales para tener un riesgo de un 1% de desarrollar cáncer. Por lo que podemos deducir que estas radiografías están dentro de una dosis que nos dan un margen de seguridad muy alto.

¿Esto significa que no tenemos que tener miedo y podemos hacer todas las radiografías que queramos?

En  absoluto. El problema de las radiaciones ionizantes es que se acumulan durante toda la vida, por lo que no sabemos nunca qué cantidad de radiación van a necesitar otros especialistas en un futuro en nuestro cuerpo, por lo que debemos ser prudentes y utilizar la radiación cuando sea estrictamente necesaria con objetivos diagnósticos.
Debemos basarnos en el Principio ALARA, que son las siglas en inglés de “As Low As Reasonably Achievable”. Es decir, debemos utilizar la menor dosis de radiación que necesitemos para hacer un diagnóstico correcto y la población debe saber que los márgenes de seguridad son enormes en nuestro campo, y no debe temer por el hecho de radiarse o radiar a sus hijos.

¿Es más peligroso en niños que en adultos?
Los niños tienen menos masa corporal que los adultos, por lo que nuestro aparato de radiología tiene un programa adaptados a niños con menor intensidad de radiación.

Pero lo más importante es que los niños tienen una expectativa de vida más larga, por lo que la dosis de radiación que recibirán a lo largo de su vida será mayor, por ello, desde pequeños, no los debemos radiar de forma innecesaria. Repetimos que no hay que temer el hacer radiografías cuando son necesarias pues el margen de seguridad es enorme.


 
       
       
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